ACTO 2: EVOLUCIÓN BIOLÓGICA

III
Biogénesis

Durante los días siguientes, los habitantes del templo continúan absortos en sus tareas y Nikola, cautivado por el Kybalión, termina recluyéndose en su habitación, como hipnotizado por el libro. Pronto se siente atrapado en él y sus siete principios básicos, hasta que su mente empieza a moverse más allá de su forma corporal.
A partir de este momento las anotaciones en su diario se tornan confusas e incluso en algunos casos en borrones y tachones ilegibles. Encerrado en una pequeña y opaca habitación sin ventanas ni claraboyas que permitan penetrar la luz, comienzan a pasar las horas y los días hasta encontrarse totalmente inmerso y perdido en el abismo de su mente.
El lado derecho de la habitación da acceso a una gastada letrina y la sala principal se encuentra sin nada más que una raída cama, asentada en un destartalado suelo de madera de baobab. En ocasiones, logra prender un pequeño candil que ilumina de forma muy tenue la alcoba. En la penumbra continua escribiendo sus notas, buscando mantener de esta forma alguna conexión con la realidad.

"26 de marzo de 2984,
He vuelto a soñar con el gigante acorazado, lo que a simple vista parecía un desolado yermo  ha resultado ser la cuna de un sin fin de pequeños seres. De su baldía superficie y sus majestuosos mares, ha comenzado a brotar la vida.


Sus rojizas aguas actuaban como caldo de cultivo y pronto los agitados organismos empezaron a evolucionar, lo simple se tornaba complejo. Presencié cómo la materia salía de su letargo, cómo despertaba y se abría camino evolucionando incluso en los lugares más insospechados.  
Al cabo de un tiempo, pude apreciar que no era un proceso azaroso, era absolutamente metódico. Todos poseían la habilidad innata de transformarse y adaptarse al complejo entorno cambiante.
Por cada vuelta completa que el planeta daba a la órbita de su estrella, parecía surgir una nueva especie."  


Al principio sólo en el agua, dominada por una gigantesca criatura de enormes fauces. De su prominente boca sobresalían cuatro enormes colmillos, que cortaban y desgarraban como sables a sus victimas. Su enorme cabeza tenía una gran movilidad gracias a su fuerte y largo cuello, que le permitía realizar violentos movimientos mientras despedazaba a sus presas. Del resto de su voluminoso cuerpo destacaban seis enormes aletas y una enorme cola que terminaba aplanándose para permitirle desplazarse mejor en el agua. 
Con el paso del tiempo, las especies más pequeñas comenzaron a salir del agua y evolucionar de forma independiente en la superficie. Pronto toda la superficie se vio plagada de criaturas, dominando los insectos. Todos estos insectos se enfrenaban entre sí, hasta que cada especie logró adaptarse y defender su propio territorio. El que ocupaba mayor territorio era  un cuadrúpedo con unas extrañas patas traseras en forma de zeta.

Y sólo algunas pocas especies lograron volar. Destacaba especialmente una con potentes garras tanto anteriores como posteriores, de forma que al bajar a por su presas las agarraba con las cuatro extremidades produciendole numerosos cortes. Además su potente pico era capaz de perforar el exoesqueleto de los insectos, haciendo de este animal el más feroz de todo el planeta, aunque debido a su enorme envergadura y difícil adaptación a los cambios, era una especie muy poco común.






 IV
La era metálica

"28 de marzo de 2984,
El tomar notas de todo lo acontecido con el mayor detalle posible esta siendo una labor muy gratificante, además de ayudar a que mi desquiciada mente no se pierda por completo.
Tras salir de la habitación, recuerdo llegar al patio del templo, iluminado por un espléndido sol y soplado por el aire alegre de la primavera. Logré reunirme con Hermes y charlar mientras me comía unas piezas de fruta, que buena falta me hacían después de mi encierro en la habitación.


Le hablé brevemente de lo sucedido, de cómo perdí la noción del tiempo dentro de aquel cuchitril y de mis extraños sueños. Para mi sorpresa no se extrañó en absoluto y con gran naturalidad esbozó una ligera y amable sonrisa antes de pronunciar la palabra 'Queztgull'.


Tras unos instantes de confusión y perplejidad me explicó que ese era el nombre del planeta y que todos los habitantes del templo habían tenido con anterioridad ese tipo de viajes astrales. No los llamaba delirios ni tan siquiera sueños, hacia referencia a ellos como viajes astrales, como si de alguna forma, toda esa experiencia tuviese conexión con algo real fuera del puro subconsciente.
Aprovechando que el tema parecía especialmente de su agrado trate de lograr más información, mas resulto inútil. Parece que simplemente todo forma parte de algún guión que desconozco y me conduce a ser uno de ellos.


Las sombras ya han empezado a hacerse cada vez más largas por la discreta huida del sol mientras termino de escribir. Me voy a la cama con la incertidumbre de si me aguarda un sueño cotidiano u otro de esos viajes astrales. En cualquier caso estoy cansado y me retiro ya.”


De las notas de la mañana siguiente sólo pueden ser entendidos los siguientes fragmentos:

“Después me sentí extraño, hasta que me vi transportado fuera de mi cuerpo. Estaba en el planeta Queztgull y era una extraña criatura. No era el único, estaba rodeado de multitud de seres como yo.
A pesar de estar consciente, no era capaz de controlar lo que estaba haciendo, simplemente me dejaba llevar y mi cuerpo parecía autogobernarse, como si sólo fuese un espectador. Éramos al menos 100, todos con la misma apariencia, insectos bípedos y ectomorfos. Apoyados en dos largas y delgadas piernas con dos rodillas, de forma que la pierna se asemejaba a una Z, y raquíticos brazos terminados en cuatro dedos con extrañas protuberancias en el antebrazo, formando una serie de conos. Por lo demás eran muy similares a los insectos de la Tierra, con multitud de ojos agrupados en siete grandes esferas azules, enormes antenas con las que parecían comunicarse y un fuerte exoesqueleto.


Juntos y con gran esfuerzo, estábamos transportando una colosal pieza que parecía ser empleada en la construcción de una enorme estructura metálica formando un pentágono gigante.


(...)


Se abría ante mis siete ojos una enorme ciudad, formada por la agrupación de tan singulares edificios geométricos. El plano de la ciudad era un enorme hexágono y sobre él multitud de figuras, pentágonos, pirámides, esferas, y en el centro un enorme cono invertido más alto que ninguna otra construcción, presidiendo la ciudad. Aquella maravillosa ciudad, que sin duda sólo podía existir en la mente de un loco."


Este tipo de anotaciones se repite durante varios días en los cuales construye diferentes edificios en distintas ciudades. Explica cómo el planeta dominado por esas criaturas parece estar salpicado de distintas facciones enfrentadas entre sí para controlar los recursos de los distintos territorios, al igual que en la Tierra.
Este hecho le lleva a numerosas reflexiones sobre la naturaleza de la vida, pensando que quizás es ese el orden natural de las cosas. Una enorme batalla de todos contra todos, en la que sólo importa sobrevivir de forma individual, sin formar parte de algo más grande, pues entiende que el hecho de que se agrupen en manadas, comunidades, ciudades, países, u cualquier otro tipo de grupo, es solo una forma de obtener fuerza y poder sobre los demás para asegurarse su propia supervivencia a través del control de los recursos.

"4 de abril de 2984,
Al parecer, no hay otro camino más que la supervivencia del más fuerte. El sistema de la vida parece que no puede funcionar de otra forma, es una lucha constante, más allá de la mera adaptación al cambio para sobrevivir. Es una lucha a muerte contra sí misma, para reivindicar su derecho a existir."


Los seres de Queztgull, vivían ajenos a su realidad, no eran conscientes de que poseían un espacio y unos recursos verdaderamente limitados y necesitaban administrarlos para no agotarlos.
Vivían en una fase de desarrollo aun bastante primitiva, pero habían crecido tanto en numero y eran tantos sus enfrentamientos, que estaban desgastando la energía del propio planeta.
Ante esta situación, Queztgull despertó.





V
El despertar de Queztgull

"5 de abril de 2984,
Ha sucedido algo extraordinario. Mientras me encontraba en la ladera de una colina cercana a una de las ciudades de planta octogonal, que parecen ser las de mayor tamaño, la tierra nos ha sacudido y hemos sufrido un enorme terremoto. En un primer momento ha sido de baja intensidad, pero todos han comenzado a inquietarse y los animales más capaces pronto han echado a volar por el cielo de color ámbar rumbo a otros lugares. En el segundo temblor fue necesaria la ayuda de una especie de grandes árboles, semejantes a las secuoyas de la Tierra, para poder guardar el equilibrio mientras que muchas rocas y la tierra no sujeta por las raíces de los arboles han empezado a desprenderse colina abajo.


Y tras un momento de aparente tranquilidad llegó la tercera reprimenda, con esta última réplica todos caímos al suelo y ante nuestra atónita mirada muchos de los geométricos edificios empezaron a colapsar y derruirse. Al caer los de mayor envergadura, el suelo parecia hundirse por el impacto, hasta que realmente se pudo apreciar que la ciudad se estaba convirtiendo en un gigantesco cráter repleto de los restos fragmentados de los edificios.


Las enormes estructuras eran ahora un conglomerado de pequeñas piezas de distintos tamaños sin ningún tipo de orden, que iban siendo engullidas por la tierra del mismo modo que se precipitan los granos por el embudo de un reloj de arena.


La apertura se hizo cada vez mayor hasta que terminó devorando la ciudad al completo. Pero la verdadera sorpresa nos aguardaba cuando al mirar al interior del nuevo abismo formado por el precipicio que se había creado al abrirse la tierra, vimos una boca. Tenía forma circular con varias hileras de colosales y afilados dientes, todos ellos similares a colmillos o cuernos. No lograba verse el final, sólo circulos concéntricos cada vez más profundos llenos de prominentes dientes.
Queztgull terminó de despertar, buscando desesperadamente una forma de alimentarse, de obtener la energía que nosotros le estábamos arrebatando.


(…)


Indefensos ante la ferocidad de la naturaleza salvaje y sin ningún tipo de explicación para el cataclismo, los líderes espirituales pronto comenzaron a rendirle culto a la boca y a ofrecerle sacrificios, pues ya mostraban nociones de verdadera consciencia e intuían que de alguna forma tenían que devolverle a su tierra todo lo que tomaban. Pero era imposible que eso fuera suficiente para el gigante acorazado.


(…)


Seguíamos subiendo el camino que el agua nos marcaba, lo que antaño era un inmenso río ahora era una desértica rambla que nos servía de camino, donde antes transcurría el rojizo liquido ahora sólo quedaban montones de tierra cuarteada y resquebrajada por la falta de humedad. Me llamaba particularmente la atención el hecho de que, a medida que ascendíamos, el cielo tomaba colores cada vez más cobrizos y las nubes se iban alejando.


No disponía de reloj, pero tenia la sensación de haber caminado durante horas subiendo la montaña y su sol seguía en lo más alto del cielo, cuando siempre me había dado la sensación de que sus días eran más cortos. En un primer momento pensé que podría ser fruto del cansancio o algún cambio de estación, pero cuando las nubes terminaron de alejarse y sonó el estruendo del rugido de la boca, todos nos dimos cuenta.


Queztgull ya no estaba siguiendo su órbita habitual, se estaba moviendo errante por el espacio según su voluntad, buscando fuentes de energía. Ahora que las nubes se habían alejado por completo y tras el rugido del planeta veíamos como en el cielo, de un inusitado tono ocre como si estuviese avergonzado de lo que veía, dejaba ver cada vez más cerca a uno de los pequeños planetas vecinos que sin duda iría a parar a las fauces de aquella monstruosa boca.
De esta forma comenzó su dantesco espectáculo, surcando el infinito para devorar planetas, satélites, cometas y todo astro que estuviese a su alcance."


Queztgull se encontraba recorriendo el universo, devorando todo lo que encontraba a su paso para poder mantenerse con vida, mientras las criaturas que habitaban en él, sin ni siquiera ser conscientes de ello, peleaban entre sí por los recursos y adoraban a esa enorme boca, que debido a su viaje les relegaba a largos periodos de oscuridad.

Pero esa situación sufrió un importante cambio, que haría que nada volviese a ser como antes.

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